Dominik Eulberg es un alemán nacido en Westerwald allá por 1978, hermosa regón donde creció rodeado de la naturaleza. Ahora vive en Bonn donde está estudiando biología y geografía y acostumbra a trabajar como guarda en algún que otro Parque Natural.
Con quince años empieza a coleccionar vinilos y a pinchar, y un par de años más ytarde se compra su primer equipo para dichas tareas. A partir de ahí, su carrera ha hecho que sea considerado uno de los maximos exponentes de la cultura minimal de los últimos años. Además de la música, y como es evidente, la naturaleza es lo más importante para él y también proporciona la inspiración para sus canciones.
Sus primeras publicaciones aparecieron en Traum Schallplatten, y más tarde ha editado también en otros sellos como Cocoon, Raum, Trapez, Herblutz o K7!. Como remezclador, ha sido muy solicitado, y en su larguísima lista hay nombres como los de DJ Hell, Roman Flügel, Le Dust Sucker, Tiefschwarz, Einmusik, Oliver Koletzki o Nathan Fake.
Siempre ha sido un artista que ha nadado contra corriente, sin dejarse llevar por las modas más mainstream y buscando siempre ese sello personal e inconfundible.
Ahora ha editado su sexto álbum, Avichrom. Esta palabra artificial significa «colores de pájaros», y de nuevo la inspiración llega de la naturaleza, de la fauna y en especial de las aves. De esa manera, todas las canciones llevan nombres de pájaros: Grünfink (pinzón verde), Goldregenpfeifer (chorlito dorado), Blaumeise (herrerillo), Purpurreiher (garza imperial) o Schwarzhalstaucher (zampullín cuellinegro).
Las maquetas de las canciones se crearon durante dos semanas en el invierno de la primera cuarentena por culpa del Covid y en los meses posteriores fueron acabados, arreglados y mezclados.
Avichrom es otra magnífica obra de arte sonora, en la que el ritmo aparece lleno de luminosidad y color, con muchos de sus temas pensados para el baile como Braunkehlchen o Gelbspötter junto a algunos otros mid tempos como Blaumeise perfectos para relajarse.
«Al final, hacer música no es más que seleccionar entre un número infinito de opciones», dice Dominik, «y en este sentido los pájaros me ayudaron a encontrar un hilo conductor en medio de todas esas posibilidades».
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