Hace unas fechas, estaba viendo una tremenda serie de tv sobre una familia irlandesa, los Kinsella (el título de la serie es Kin), con digamos turbios negocios con los que se enriquecen. Una de las primeras cosas que me llamaron la atención era la increíble música que tenía, con un sello bastante personal, lo cual me hizo sospechar quien iba a ser el autor.
Al llegar los títulos de crédito, se confirmaron las sospechas. Trabajos tan magníficos como ese nos estaban robando a su autor de nuestro universo musical habitual, en el que ha sido muy prolífico. Por suerte, parece que desde finales del año pasado, nos vuelve a regalar con tremendos discos.
Estamos hablando de un DJ / productor / músico / compositor que no necesita mucha introducción. El pequeño de diez hermanos de una familia de Belfast que empezó a coleccionar discos en los ochenta y a pinchar a mediados de aquella década y que es uno de esos contados artistas que tenemos en nuestro altar, en ese que ocupan quienes han marcado la historia de la música electrónica.
David Holmes ha estado en la escena underground desde finales de los ochenta y comienzos d ela siguiente década, donde, aparte de pinchar por su tierra natal y por el Reino Unido, escribía sobre música y se dedicaba a ejercer de promotor en su región.
Ya contamos, por ejemplo, aquella anécdota referida por los Hartnoll explicando el porqué ese himno generacional creado por ellos se llama Belfast, y Holmes tenía algo que ver en ello.
Y desde aquellos días a componer bandas sonoras de películas como la trilogía Ocean (Ocean´s Eleven, Ocean´s Twelve y Ocean´s Thirteen) o de series que han sido enormes éxitos, como London Spy, The Fall o Killing Eve. Es algo que no ha extrañado, ya que desde sus inicios, desde sus primeros lanzamientos, en la música de Holmes siempre hubo ese componente cinematográfico, siendo un experto en crear paisajes sonoros realmente descriptivos.
Podríamos estar horas hablando de su carrera. Pero vayamos a esa esperada vuelta de David al escenario discográfico normativo, y en concreto a su último EP. En el mes de febrero llegó It’s Over, If We Run Out Of Love con la colaboración de la vocalista Raven Violet. El precioso título describe a la perfección el tema, un desgarro emotivo con tintes épicos y un sonido sucio y Lo Fi muy al estilo de su queridísimo y añorado Andrew Weatherall.
Ahora nos trae seis remezclas del original para la alegría general. Empezando la fiesta con otro legendario DJ y productor que echamos de menos y que siempre remezcla con maestría. Darren Emerson le pone un ritmo clásico al original, limpia el sonido y le pone flanger y cadencia en su Huffa Remix. Para las dos siguientes remezclas viajamos a los Estados Unidos con Lovefingers y Heidi Lawden, que entregan la High Tide Mix primero con un hipnotico repertorio de ritmos, percusiones y pads en los que aparece de manera casi fantasmal la voz de Raven Violet. Le sigue la Low Tide Mix, con una gran inspiración de The Guv´nor, como en aquellas remezclas suyas con dos versiones, rápida y otra en modo casi Dub.
La cuarta remezcla llega desde Yorkshire a cargo de unos de los punks electrónicos más emergentes de los útlimos tiempos. Working Men´s Club destripan y reconstruyen el original a su antojo con un resultado tremendo, sorprendente y altamente bailable.
Para finalizar, las dos últimas remezclas de nuevo vuelven a traernos a Weatherall a la memoria, ya que su autor es Sean Johnston con su alias Hardway Bros. Veterano legendario del underground británico, culpable junto a Weatherall de aquella legendaria residencia del norte de Londres llamada A Love From Outer Space, cierra este EP con dos geniales interpretaciones del original moduladas para la pista de baile.
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