Parafraseando a Buggles, se está empezando a vislumbrar una peligrosa realidad en algunos lugares que puede llevar a problemas en la escena clubbing.
Hablamos de situaciones vistas y vividas en el territorio español durante las últimas semanas con la relajación de las medidas preventivas para evitar la expansión del Covid e incluso tiempo atrás en algunas ocasiones durante este pasado verano.
Qué duda cabe que todo el mundo tiene muchas ganas de fiesta, de volver a bailar y sudar en una pista de baile de un club o un festival, pero, aunque la situación sea mejor en algunos sitios (esta semana se está abriendo con cifras de 50.000 nuevos contagios diarios en el Reino Unido…), por desgracia la batalla contra esta pandemia no ha acabado.
Muchos clubes y eventos han puesto tremendos esfuerzos, han gastado importantes partes de sus posibles beneficios en asegurar (a base de personal de seguridad) que las personas asistentes a sus locales y localizaciones puedan disfrutar de un ocio seguro. Que tod@s los que entren a sus eventos cumplan con esas normas lógicas de prevención que nos pueden llevar a acabar definitivamente con la pandemia.
Hemos visto pistas de baile con absolutamente todo el mundo con su mascarilla puesta y disfrutando de un buen rato, bailando y divirtiéndose. También hemos visto imágenes (es lo que tiene la era de los móviles y las redes sociales) de pistas con una gran cantidad de gente sin mascarilla y sin nadie haciendo que se cumplan las reglas.
Hemos visto personal de seguridad de los clubs y eventos instando a los clientes a abandonar los espacios destinados a aparcamiento pasado un período prudencial tras el cierre de la actividad. Hemos visto botellones alrededor de clubes y eventos que han causado molestias y problemas a gente que vive en esas zonas y que no tienen que ver nada con estas actividades.
Es indudable que es un problema en el que deben intervenir varios actores. El primero debería ser el cliente, que debería entender la situación en la que estamos. Al igual que no es fácil para el o ella, no lo es para las personas que trabajan para proporcionarte diversión… pero este es el eslabón más débil de la cadena, o mejor dicho, el más difícil de concienciar, al menos si hablamos de la situación en España.
El siguiente es el club, festival u organizador de evento. Por esta parte, siempre hay que reconocer que, como en todos los aspectos de la vida, hay gente que se toma muy en serio la fiesta y la diversión y otra no tanto. En el apartado dedicado a este actor, es evidente que no se trata sólo de tener a personal de seguridad para enderezar situaciones inadecuadas, sino también un trabajo de concienciación constante e inasequible al desaliento.
Todos sabemos de ejemplos, sobre todo al otro lado de nuestras fronteras, donde el respeto hacia el resto de la ciudadanía es sagrado, y si en la cola de entrada al club o evento se agrede este derecho, ni vas a entrar ese día ni probablemente cualquier otro, y si es necesario, las fuerzas del orden aparecerán para explicarte que hay gente que no va a entrar en ese club y que, por ejemplo, le gusta dormir a ciertas horas de la noche.
Pero la labor de concienciación por parte de los organizadores es fundamental. Si te gusta entrar a tal o cual club o evento, debes saber que para que eso siga ocurriendo, el respeto hacia los demás es fundamental.
Por último, las autoridades competentes deben aportar su granito de arena. Quizás son quienes tienen medios más potentes a su disposición para ayudar a que el ocio nocturno y el clubbing puedan tener coexistencia pacífica con el resto de la sociedad. Si al sector que proporciona estos eventos le corresponde una tarea de concienciación, esto recae todavía con más intensidad a las autoridades. Tienen mejores medios si cabe y un alcance muy superior.
El facilitar el transporte público a la gente que hace uso de ese ocio es otro de los puntos más importantes de este asunto. Si la gente dispone de esos medios para transportarse a otros locales o eventos o a sus domicilios, las molestias al resto de los ciudadanos se evitarían en gran medida.
En último extremo, y cuando las facilidades anteriormente descritas se ponen a disposición del clubber o asistente a festival o evento y todavía queden personas que decidan molestar por molestar, deben hacer cumplir la ley vigente al respecto.
¿Por qué decimos todo esto?
Porque debido al incesante chorreo de noticias relativas a reuniones masivas de gente en espacios públicos, dedicados a esa hermosa práctica llamada botellón (que implica beber en un espacio público sin control y abrir el maletero del coche y meter su musiquita a todo trapo), al final puede perjudicar a todo el mundo. Es cierto que no hay muchas de estas reuniones ligadas a lugares de ocio, pero algunas han habido… y se pueda conectar o no al ocio nocturno regulado y establecido, puede acabar salpicando.
Sea de una manera o de otra, el sector del ocio nocturno debe procurar poner todo de su parte para que al final no paguen justos por pecadores. Que todos los actores se impliquen en que el clubbing sea una práctica tan feliz para l@s que lo practican como para l@s que no tienen nada que ver con ella.
Para poder pulsar la realidad del sector, preguntamos a dos profesionales del mismo, con una trayectoria lo suficientemente dilatada para que su aportación sea valiosa y nos pueda iluminar en esta problemática.
Luis Boniashttps://www.facebook.com/luis.boniasbias es un legendario de las cabinas nacionales e internacionales, involucrado siempre en iniciativas y eventos en la zona de Valencia, como en el Medusa Beach Club estos dos últimos años… por eso nos puede contar cosas interesantes desde un punto de vista amplio.
Por otra parte queríamos tener a la “patronal”, por eso hemos pedido a Óscar Iglesiashttps://www.facebook.com/oscar.iglesias.7393, alma mater de Groovelives (que lleva casi dos décadas siendo promotor de ocio nocturno, especialmente en Valencia y alrededores) que nos conteste unas preguntas y nos aporte su opinión.
– Luis, gracias por atender a 1051 Magazine… ¿Crees que la llamada “cultura de club” no acaba de ser percibida de manera adecuada por parte de todos los que la integran, disfrutan de ella o tienen que regularla legalmente? ¿A través de tu ya dilatada experiencia, has percibido cambios en este aspecto (para bien o para mal) desde que comenzaste a pinchar ya hace unas décadas?
Primero de todo muchas gracias por la presentación, y decir que el titulo del articulo refleja literalmente lo que yo veo desde hace unos meses, por parte del público y por alguna parte del sector empresarial que no ve el terreno movedizo donde camina, solo el recuperar y recuperar. A la vuelta de la esquina podemos tener otro cata-crack, dicho esto, la cultura de club en nuestro país esta dentro del fenómeno FIESTA, y esto hace que la parte lúdica se coma a la cultura y seamos una parte mas de las actividades de diversión (que lo somos) y que nos metan en un saco donde esta todo desde las charangas, música latina, botellones, apología de las drogas, etc. Y por supuesto se habría de regular y dar valor a quien arriesgue mas, como ocurre en algunas bellas artes, donde lo mas minoritario (por avanzado y transgresor) tiene mas presencia y apoyo que lo masivo, que a lo mejor al principio antes de la “promoción” fue minoritario, casi siempre es cíclico…
Cambios pocos pues el sector se ha ido adecuando a lo que ha surgido en cada momento o cambios de ciclo y se ha hecho poca masa “empresarial” alrededor de los clubes y su función cultural. Ya con la llegada de la globalización se ha acentuado mas la situación, el que no haya filtro tangible sobre lo que se consume y que sea un algoritmo quien lo realiza, hace que todo se pueda comprar para influenciar las decisiones del público en cuanto música, cultura. Eso hace que las escenas locales decaigan, eso no pasaba antes del cambio digital, las escenas locales se hacían fuertes y la que mas fuerte se hacia se convierta en masiva, caso nuestro de los 80 y 90, aunque si no existe ese tejido al final muere de éxito, que también fue nuestro caso.
Óscar, te agradecemos igual que a Luis que nos dediques tu tiempo, y la pregunta es la misma, pero desde tu punto de vista de promotor y organizador.
Hay un abandono total y absoluto sobre la comunidad clubbing. No hay ningún tipo de sensación de pertenecer a un colectivo o movimiento y esto debilita considerablemente la escena. Es cierto que estos movimientos no surgen de manera natural y hay que motivar mucho a los verdaderos propulsores de la escena de club de una ciudad; Promotores, propietarios y artistas. Estamos en ello…
Desde el duro golde recibido durante la crisis del Covid 19, donde se ha criminalizado en todo momento a nuestro sector desde la propia denominación, “OCIO NOCTURNO” esto evidencia la necesidad urgente de volver a fortalecer un colectivo el cual es más esencial de lo que la gente imagina para el bien estar social y cultural de una ciudad. El clubbing en Valencia está amenazado constantemente a su desaparición. Zonas ZAS que no solucionan ningún problema o locales fuera de ordenación sin ninguna alternativa a la vista para renovar instalaciones o bien ubicaciones.
– Luis, como aparte de DJ, has trabajado y colaborado en muchas producciones de eventos y festivales, ¿Se promueven desde productoras, promotoras y gerencias de clubes políticas y acciones destinadas al llamado ocio responsable, a la convivencia entre club y clubber (y lo mismo aplíquese a eventos y festivales) y los ciudadanos o residentes en las zonas cercanas a esos locales y eventos?
En las ultimas experiencias en este terreno ( Medusa Sun Beach, Medusa Beach Club,..), si, esto es básico y siempre lo ha sido , ya en los 80, 90 y 2000 en algunas salas que trabaje ( Arena, Barraca, Puzzle,..) se tenia en cuenta no solo lo que sucedía en la sala si no fuera de ella, pero ahora mismo sigo viendo poco iniciativa por parte de algunos clubs / discotecas muy mediáticos que dejan al azar ciertas situaciones y mas con el peligro de que se te forme un botellón rápidamente y haya efecto llamada, incluso una vez ya hayas cerrado, hay que tener en cuenta que siempre te achacaran a ti la culpa y no vale taparse los oídos frente a estas cosas
Óscar… tu punto de vista sobre esto desde tu posición…
Una ciudad cosmopolita con una actividad constante de zonas de shopping, restauración galerías de arte, teatros, etc… termina generando todo tipo de servicios y muchos de ellos relacionados con el ocio musical. Sea cual fuere la actividad a desarrollar en una ciudad tiene que realizarse con el máximo respeto sobre sus propios residentes y esto tiene que ser una prioridad para todos sus usuarios. Cada uno de estos locales tiene que tener la corresponsabilidad de que esto así sea.
En la actualidad no hay ninguna estrategia al respecto más que la de condenar a la propia actividad sin ni siquiera dar herramientas ni fórmulas para poder colaborar con este objetivo de hacer compatible la actividad de la ciudad con el descanso.
Es totalmente necesario activar un proyecto asociativo para que todos los actores de este olvidado sector comiencen una hoja de ruta para poner en valor el CLUBBING y que podamos desprender nuestra capacidad de creativa y demostrar lo influyentes que podemos llegar a ser en mejorar los hábitos de la juventud.
Que los clubs sirvan como instalaciones para las actividades socioculturales del mismo barrio donde se ubican, reuniones vecinales, actos, comisiones falleras, etc… y donde sus clientes puedan proponer todos tipo de proyectos artísticos, exposiciones, conciertos, charlas, etc…
Que los clubs sean capaces de mandar mensajes educativos a sus usuarios; La guerra contra el plástico, acude a el club en bicicleta, molestias vía pública, eliminar botellones y cientos de campañas que se pueden realizar a través de nuestra capacidad de crear comunicad con nuestros usuarios.
– Óscar, Luis, esta última pregunta para los dos… Por último, y no menos importante ¿Y las autoridades de los diferentes estamentos? ¿Se perciben acciones y políticas que apoyen el desarrollo del “clubbing responsable” (transporte público, etc.)?
Óscar: En absoluto. Somos la fiesta, la parte frívola de la ciudadanía, la locura transitoria de los jóvenes que solo piensan en lo mismo. La ciudad que en los 90 era conocida en todo el mundo por su clubbing en la actualidad está abandonada a su suerte. Me parece un acto super egoísta por parte de los políticos que vivieron esta escena de la que aun intentamos rememorar para sobrevivir como sector.
Luis: Esto la verdad, para el extrarradio no se da y mas en zonas donde el invierno es duro y prácticamente hay muy poca población fija, en el ámbito urbano de gran ciudad, puede que se de más, con algún servicio de autobuses nocturno, pero no por el clubbing si no por la cuidad en general. Pero estamos en una mentalidad de que el clubbing y el ocio no es cultura, es una actividad molesta y que genera botellones, no deja descansar a los vecinos. Mas aun, una misma actividad en diferentes barrios en uno es moderno y en otro es de carácter marginal, y en las poblaciones medianas, ya ni hablamos, hay algunas que se han quedado sin ocio nocturno prácticamente. Yo soy de Sueca y recordar cuando era un adolescente habían 4 discotecas en la ciudad y 5 en la playa con innumerables Pubs, bares de ocio ahora hay 1 discoteca y 3 pubs ( que alguno es restaurante a la vez), eso sí, bares de almuerzo para aburrir… en fin, es lo que hay!!
Gracias de nuevo a los dos por vuestras opiniones. Me parece que de momento, lo único que podemos discernir es que nos queda un largo camino a recorrer para que en nuestro país se considere a la música electrónica y el territorio clubbing como cultura, como si que ocurre en otros países. Habrá que poner mucho por todas las partes para que esto llegue algún dia.