Stephanos Pantelas, alias El Niño Diablo, nació en la hermosa isla de Chipre, y su relación con la música se inicia coleccionando vinilos que pinchaba en las ondas de las emisoras de radio piratas. Aunque su tierra natal es un lugar inspirador, Stephanos decide trasladarse a la capital británica, cuya escena electrónica estaba en auge a mediados de los 90 y el ambiente gay era mucho más liberal y acogedor.
Es allí donde poco a poco se va haciendo un lugar en las cabinas más apreciadas de Londres, como Turnmills, Fabric y The End y empieza también a adentrarse en el mundo de las remezclas para otros artistas y más tarde crea su propia compañía de PR, representando a artistas de la talla de Horse Meat Disco, Salsoul Records, Fat Freddy’s Drop, Mulatu Astatke, Tegan & Sara, !K7, Strut Records y muchos más a lo largo de los años.
Instalado en Berlín desde 2016, Elniñodiablo sigue desarrollando sus habilidades de producción musical en Catalyst Music, el instituto de artes creativas y tecnología cobijado en los legendarios estudios Funkhaus.
En esta ocasión nos presenta su nuevo lanzamiento basado en dos cortes – Lunchbox Candy y el inequívoco Let’s Get Sleazy – extraídos de su último EP, Into The Great Unknown.
Este nuevo disco cuenta con una impresionante tripulación para hacerse cargo de las remezclas. En primer lugar tenemos a los productores británicos Aaron Horn y Jamie Rodigan, también conocidos como Crate Classics, que transmiten a Lunchbox Candy un tremendo tratamiento d`n´b que remodela por completo el tema original. Pura bomba que evoca a épocas doradas del Jungle en los finales del siglo pasado.
Las otras dos remezclas correspondientes a Lunchbox Candy llegan de la mano de True Romantic (Victor Yrigoyen, artista visual y productor brasileño afincado en Berlín) y del propio El Niño Diablo, ambas enrevesadas en lenguaje funky pero con diversos tratamientos para cada remixer. Mientras que la de True Romantic entra en un terreno más clásico, Stephanos retuerce los patrones y los ritmos para crear un artefacto sonoro dirigido directamente a la pista de baile.
Para Let’s Get Sleazy encontramos dos enormes nombres a cargo de las remezclas. En primer lugar, el legendario dúo neoyorquino Each Other, compuesto por un señor llamado Justin Strauss (con más de tres décadas de presencia inamovible en la escena neoyorquina) y el francés afincado en Brooklyn Max Pask. Procedimiento clásico y efectivo para convertir el original en un bombazo bailable sin excusa alguna, bass line pegadizo, claps y arpegios pegadizos, fórmulas que tan bien conoce Justin Strauss.
La segunda remezcla de Let´s Get Sleazy viene a cargo de uno de los nombres más requeridos para estas tareas remezcladoras. Andy Meecham, más conocido como The Emperor Machine, leyenda británica que ha remezclado a Röyksopp, Daft Punk, Moby, Laurent Garnier, The Human League (la lista de nombres es interminable…). Meecham nos ofrece una revisión analógica y robótica del original, con esos patrones rítmicos marca de la casa que tanto éxito le han proporcionado a lo largo de su carrera.
Este EP sorprende de manera muy grata por la tremenda variedad de sabores que encontramos para aderezar los ingredientes originales. No se lo pierdan, es uno de los más originales en este apartado en lo que va de año.
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